"Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía."

Mariano Moreno.

Más, Dios, dame más dolor. No me dejes en este preámbulo entre la agonía y la indiferencia.

A lo mejor me mentiste, o yo te mentí
Y no importa los nombres que se le pongan,
nunca sabré qué me quisiste decir.
Yo se que me mentiste, y claro que te mentí.

Nunca voy a saber cuanto me quisiste,
si te cerraste por egoísmo, o por hacerme bien.
Yo creo que fue un poco de los dos,
aunque nunca vas a saber cuanto te quise.

Recorrimos caminos de felicidad,
senderos sin pasto, pero los hicimos nosotros,
Nos abrimos paso entre la maleza,
Creamos caminos hechos de angustia.

Lejos, todavía veo un resplandor,
no se si será lo que quedó, o algo que se quema.
no es que me mire para atrás, pero ilumina el camino.
Atrás, todavía veo un resplandor.

Frío en el espejo,
casi sorprendido
en el papel de un vampiro
no veía su reflejo.

Digo casi porque lo espera,
secretamente, con profunda
ilusión. Por eso se mira, ingenuo,
metafóricamente ciego
(no va a ser que el lector se confunda).

No sabe que el espejo
solo muestra lo que ve
la luz, y mas allá de su piel
todavía queda el cuerpo,

aunque si fuera solo eso,
este pobre desgraciado
se abriría las entrañas
y lo buscaría adentro.

Unas veces creyó verlo
a través de los demás.
Otras tuvo la certeza
de poder ver por si mismo,
una sensación de ensueño,
una voz en la cabeza.

Quiere ver pero no sabe
para que, si en realidad
no es en la felicidad
donde termina ese viaje.

Pero sigue con esa vida
como un necio, iluso,
casi convencido
de encontrar una salida.

Y al final del camino,
lo que sea que le depare
no sera para lo que vino
ni para lo que lo traen.

El comienzo

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acord... ah, no... ese ya está usado.